TRANSFORMACIONES POLÍTICAS, ECONÓMICAS Y EN EL PENSAMIENTO.
Segundo año. Historia. Prof. Luciana Aguiar
LA ILUSTRACIÓN:
CONCEPTO:
Movimiento filosófico y cultural del siglo XVIII, que acentúa el predominio de la razón humana y la creencia en el progreso humano.
Colocar la razón como la base principal del conocimiento, rechazando lo sobrenatural y lo tradicional. Esta faceta incluía una fuerte crítica a los dogmas establecidos por la religión y un distanciamiento de las prácticas religiosas tradicionales.
Potenciar el optimismo sobre la capacidad del ser humano y la confianza desmedida en el progreso constante de la humanidad.
Poner en práctica los descubrimientos científicos y aplicar las aportaciones de los filósofos en la sociedad y en la política.
Considerar la educación como el mejor medio para difundir la razón, por lo que se estimó que debía ser dirigida por el Estado.
La Enciclopedia
Una enciclopedia es una obra en la que se intentan reunir los conocimientos existentes en una determinada época, tanto científicos como culturales, lingüísticos, etc. Desde la Antigüedad existieron obras de este tipo, sin embargo, fue La Enciclopedia, dirigida por Diderot y D'Alembert entre 1745 y 1772, la que dio origen a la generalización de las enciclopedias tal y como las conocemos hoy en día.
Fue una obra monumental que constaba de 28 volúmenes (17 de texto y 11 de láminas), en la que se resume el pensamiento ilustrado. En ella se incluían tanto artículos literarios como dibujos de las nuevas máquinas. El propósito de los enciclopedistas era lograr compendiar el conocimiento humano de forma ordenada y sistemática en una única obra de consulta.
El salón de Madame Geoffrin
Durante el siglo XVIII el salón se convirtió en el lugar de reunión de los intelectuales. Algunos de ellos alcanzaron tal fama que trascendió las fronteras de sus países; esta es una de las causas de la rapidez con la que se expandieron las ideas ilustradas. El salón de Madame Geoffrin era uno de los más importantes de París.
Teorías políticas ilustradas
Los pensadores ilustrados no elaboraron una doctrina política homogénea ni lograron acabar con los fundamentos del absolutismo. Sin embargo, destacaron tres autores por la influencia de sus textos políticos:
Montesquieu, entusiasmado con el parlamentarismo inglés, desarrolló el principio de la separación de poderes como garantía contra el absolutismo: el legislativo, que elabora las leyes; el ejecutivo, que hace cumplir las leyes; y el judicial, que administra la justicia.
Rousseau quiso zanjar la vieja controversia sobre el derecho divino de la monarquía con su teoría del contrato social y enunció su teoría de la democracia según la cual el pueblo poseía la soberanía.
Voltaire criticó la esencia del Antiguo Régimen y propuso la creación de un sistema político parlamentario que limitase el poder del rey.
La división de poderes de Montequieu:
“Cuando en la misma persona, o en el mismo cuerpo de magistratura, el poder legislativo está unido al poder ejecutivo, no hay libertad; porque puede temerse que el propio monarca o el propio Senado hagan leyes tiránicas para ejecutarlas tiránicamente. Tampoco hay libertad si el poder de juzgar no está separado del poder legislativo y del ejecutivo. Si está unido al poder legislativo, el poder sobre la vida
y la libertad de los ciudadanos será arbitrario, porque el juez será legislador. Si está unido al poder ejecutivo, el juez podría tener la fuerza de un opresor.”
Montesquieu. El espíritu de las leyes, 1748.
PARLAMENTARISMO DE LOCKE: Durante el siglo XVII Inglaterra fue el caso opuesto al de las Monarquías absolutas europeas, sobre todo al modelo francés de Luis XIV.En 1689 luego de dos revoluciones se instauró una monarquía parlamentaria y se firmó la declaración de Derechos. Entre los defensores del parlamentarismo se destacó Locke, partidario de que el rey compartiese el poder con los parlamentos, encargados de elaborar las leyes y de controlar al gobierno y de que si el rey no ejercía su poder en beneficio del pueblo, este podía rebelarse.
LA POLÍTICA EUROPEA EN EL SIGLO XVIII.
-En la segunda mitad del siglo XVIII se impuso en gran parte de Europa el despotismo ilustrado, una nueva actitud política que surgió del deseo de conciliar el absolutismo con la necesidad de reformas.
Despotismo ilustrado “todo para el pueblo, sin el pueblo”
No es fácil encontrar diferencias fundamentales entre el despotismo ilustrado y el absolutismo en cuanto a los métodos de gobierno utilizados, aunque sí, teóricamente, en lo que se refiere a los fines. El monarca sigue considerándose con poder absoluto sin admitir ninguna otra legitimidad, pero adopta un carácter paternalista derivado de su despotismo que se sintetiza en esta expresión: «Todo para el pueblo, pero sin el pueblo».
El nuevo sistema de gobierno fue bien visto por algunos filósofos reformistas de la época, pues situaba al poder en el camino de la razón y se orientaba hacia el progreso y la felicidad de los súbditos, a la vez que limitaba el poder de los privilegiados.
Los más significativos representantes del despotismo ilustrado en Europa fueron Luis XV en Francia, Carlos III en España, Catalina II en Rusia, José II en Austria, José I en Portugal y Federico II en Prusia.
Sin embargo, el despotismo ilustrado no triunfó en todos los países. En el Reino Unido se consolidó la monarquía parlamentaria, y en las Provincias Unidas se mantuvo la república parlamentaria.
La política de reformas
Los monarcas ilustrados pretendían fortalecer su propio poder y fomentar el crecimiento económico, para ello pusieron en práctica políticas reformistas:
En el campo administrativo apoyaron el centralismo y la uniformidad de las instituciones, así como la promoción de funcionarios técnicos con independencia de su origen social.
La educación se abrió a amplias capas sociales mediante nuevas instituciones docentes y se orientó hacia las «ciencias útiles», experimentales, con aplicación práctica en la producción. Se desarrollaron las academias y se fundaron sociedades científicas.
En la organización económica realizaron importantes reformas, como la liberación de la propiedad, la liberación del comercio contra el intervencionismo de las corporaciones, a la vez que se impulsaba la colonización de nuevas tierras y el fomento de las obras públicas.
En materia de religión, la tolerancia fue mayor y las relaciones políticas con Roma resultaron más difíciles, pues el Estado buscó también un mayor control de la Iglesia (regalismo), lo cual puso en dificultades a órdenes religiosas, como la Compañía de Jesús, que fue expulsada de algunos países.
NUEVAS IDEAS ECONÓMICAS: FISIOCRACIA Y LIBERALISMO ECONÓMICO.
LIBERALISMO ECONÓMICO:
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