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domingo, 15 de agosto de 2010

FUNDACIÓN DE MONTEVIDEO.

Fragmento de Guía de Montevideo.
Historia de Montevideo.FUNDACIÓN TARDÍA.
La República Oriental del Uruguay está situada entre la República Argentina y la República Federativa del Brasil formando parte del llamado Cono Sur de América.
Su nombre primitivo se originó en torno a su situación geográfica; Banda Oriental del Uruguay o Banda de los Charrúas, uno de los grupos indígenas que poblaron estas tierras junto con los chanás, yaros, bohanes, guenoas, arachanes y guaraníes. Los indígenas de esta región, a la llegada del europeo en los principios del siglo XVI, estaban en un estadio cultural que podría ubicarse dentro del período del Paleolítico Superior: el período de la piedra tallada y pulida. Eran pueblos recolectores, pescadores, cazadores, es decir, tenían una economía depredatoria. Su ida era la de los hombres trashumantes.
En la Banda Oriental del Uruguay no hubo ni oro ni plata, ni especies, ninguno de los productos codiciados con gran apetencia por los europeos que corrían toda clase de peripecias para obtenerlos. Esto explica la tardanza en colonizar esta región. Desde sus orígenes la economía de la Banda Oriental se basa en la ganadería, que es introducida entre 1607 y 1611 por Hernandarias, primer gobernador criollo, hijo de español nacido en América.
En la Banda Oriental ocurrió un hecho sin precedentes en la historia de la colonización española de América: el ganado vacuno, bovino y caballar precedió al hombre blanco. Los buenos pastos y una tierra fértil y bien regada por ríos y arroyos, multiplicó rápidamente las primeras reses introducidas desde las Misiones de Jesuitas y desde la región de Santa Fe (Argentina). Esta riqueza ganadera atrajo a faeneros y changadores venidos del vecino territorio de Portugal (actual Brasil) y de españoles que vivían en la otra ribera del río Uruguay.
Montevideo, la más moderna de todas las capitales de Iberoamérica, fue fundada en la segunda década del siglo XVIII, entre 1724 y 1730 por D. Bruno Mauricio de Zabala, destacado militar español que en el sitio de Lérida (1707) «perdió el brazo derecho y desde entonces usó uno de plata, el que habitualmente colgaba de su cuello a modo de orgullosa condecoración».
Sobre el origen del nombre «Montevideo», existen varias versiones; la más extendida es la que relata Francisco de Albo en el Diario de Viaje de la expedición de Hernando de Magallanes, en enero de 1520:
«Martes 10... Hay una montaña hecha como un sombrero, a la cual le pusimos por nombre: «MONTEVIDI...» (queriendo significar en portugués, «veo un monte»).
Otras de las versiones es la atribuida a la interpretación de planos portugueses que escribían: MONTE VI (sexto) dirección Este Oeste.
En sus comienzos, la pretensión de los españoles con sede en Buenos Aires fue la de establecer una plaza fuerte para detener el avance del Imperio Lusitano, que ya había instalado, desde 1680, la Colonia del Sacramento en la costa del río Uruguay, frente a Buenos Aires, y que aspiraba a ocupar las tierras al oriente del río Uruguay.
Como plaza fuerte, Montevideo fue un atalaya rodeada de murallas con una permanente guardia militar para la defensa del territorio; la vida dentro de sus muros se adecuaba a «un régimen enteramente militar y los habitantes se acostumbraron a despertar con el estampido del cañón y las dianas que anunciaban el sol, o a recogerse en la noche con los toques de oración». Con sus humildes orígenes, Montevideo será el centro desde donde se irradian hacia el interior todas las actividades comerciales, culturales y sociales. La importancia del puerto fue evidente y el contacto permanente con los visitantes y altos funcionarios introdujo paulatinamente el esmero en el vestir y las mejoras en las viviendas. Se aspiraba a mejores niveles de enseñanza; así, muchos montevideanos fueron enviados a estudiar a España o a otros centros superiores del Virreinato. Todos los adelantos de Montevideo trascendían al interior de la región y, a su vez, incidían sobre la masa campesina, para formar entre todas un núcleo cultural que modelará a la nacionalidad futura. La aparente tranquilidad de sus primeras épocas se vio sacudida en la primera década del siglo XIX, cuando, hacia 1806 y 1807, los ingleses atacaron las tierras españolas del Río de la Plata. La resistencia fue tremenda por parte de los montevideanos que, sin experiencia en la toma de decisiones y ante la ocupación de Buenos Aires, entonces capital del Virreinato del Río de la Plata, se organizaron, pelearon y obtuvieron la victoria sobre las fuerzas del Imperio más poderoso del mundo en esa época.
FUENTE:UCCI/SEQC. Guía de Montevideo. Madrid: Guías UCCI, 1989.

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